La Cámara de Representantes, a través del Comité de Servicios Financieros, celebró recientemente una audiencia titulada: “Building Capacity: Reducing Government Roadblocks to Housing Supply”. A primera vista, parece un esfuerzo bipartidista y necesario para combatir la crónica escasez de vivienda en Estados Unidos. Pero como periodistas de investigación, nuestra misión no es aplaudir el titular, sino diseccionar la letra pequeña. La verdad incómoda es que esta retórica sobre la 'capacidad' y la 'eliminación de obstáculos' rara vez beneficia al comprador de vivienda promedio. Beneficia a quienes ya poseen capital.
El Mito de los 'Obstáculos': Análisis de la Agenda Oculta
Cuando los legisladores hablan de 'roadblocks' (obstáculos), generalmente se refieren a la zonificación local, los largos procesos de permisos y las regulaciones ambientales. Estas son las herramientas que las comunidades utilizan para mantener el carácter del vecindario, controlar la infraestructura y, sí, limitar la densidad. La narrativa dominante es que estas son barreras burocráticas insostenibles. Sin embargo, la realidad económica es más compleja. La desregulación agresiva casi siempre significa una cosa: más oferta, pero en manos de grandes desarrolladores.
El verdadero ganador aquí no es el trabajador que gana un salario medio, sino los fondos de inversión y las grandes corporaciones de construcción que pueden absorber la escala de proyectos masivos que surgen cuando se eliminan las restricciones locales. ¿Por qué? Porque la regulación, aunque lenta, es el único contrapeso real al poder del capital concentrado. Eliminar las barreras es esencialmente entregar un cheque en blanco a los gigantes inmobiliarios para que construyan donde quieran y al precio que dicten sus márgenes, no las necesidades comunitarias. Este es el núcleo del debate sobre construcción que se está ignorando.
Analistas serios, como los citados en informes del Brookings Institution, señalan que si bien la oferta es clave, la asequibilidad es un problema de ingresos y especulación, no solo de ladrillos. La audiencia se centra en la oferta, pero evita discutir la demanda especulativa y la financierización de la vivienda.
¿Por Qué Importa Esto en el Gran Esquema? La Historia de la Concentración
Históricamente, cada vez que el gobierno federal interviene para 'solucionar' la escasez de vivienda sin abordar la especulación, el resultado es la gentrificación acelerada y el desplazamiento. Las ciudades se vuelven homogéneas, diseñadas para el retorno de la inversión, no para la vida comunitaria. Estamos viendo una tendencia a largo plazo hacia la concentración de la propiedad, como documenta el New York Times sobre la compra masiva de viviendas unifamiliares por parte de Wall Street. La audiencia en el Comité de Servicios Financieros, que maneja temas financieros clave, parece preparada para facilitar esta concentración, bajo el disfraz de 'facilitar la construcción'.
El enfoque en 'reducir obstáculos' es un caballo de Troya ideológico. Es la victoria del dogma del libre mercado sobre la planificación urbana responsable.
Predicción Audaz: ¿Hacia Dónde Vamos Desde Aquí?
Mi predicción es que, aunque se aprueben algunas medidas de reforma de zonificación a nivel federal (o mediante incentivos estatales), el impacto en la asequibilidad real para el comprador primerizo será marginal y temporal. Veremos un auge en la construcción de unidades multifamiliares de lujo o de alta densidad cerca de los centros urbanos, lo que inflará artificialmente la oferta general, pero no tocará el segmento de mercado medio-bajo. Lo que realmente sucederá es que el valor de la tierra existente y las propiedades unifamiliares en los suburbios establecidos se disparará aún más, ya que la nueva oferta se concentra en nichos específicos. La brecha de riqueza, impulsada por la propiedad de activos, se ensanchará, no se cerrará. El resultado final será una mayor dependencia del alquiler subsidiado o una expulsión de las clases medias hacia periferias más lejanas. El gobierno, irónicamente, habrá logrado desregular el mercado para los ricos, mientras deja al ciudadano común esperando una solución que nunca llega.